Motmi, una plataforma de rehabilitación virtual

Cordobeses crearon una herramienta de detección y reconocimiento de movimientos para motivar a pacientes con problemas físicos y neurológicos.
Por medio de juegos, proponen ejercicios para conseguir una recuperación en forma más rápida y entretenida.

Ricardo Ruival, Guillermo Rodríguez y Jorge Marchesini son ingenieros de Sistemas, egresados de la Universidad Católica de Córdoba. Amigos, socios y emprendedores, dedicados desde hace varios años al desarrollo de software, desarrollaron una plataforma virtual que utiliza tecnología de detección y reconocimiento de movimientos para motivar a pacientes con problemas físicos y neurológicos, a través de juegos que los llevan a progresar en su recuperación en forma más rápida y entretenida.

“Motmi es una plataforma de rehabilitación virtual que surge como un producto de la empresa Geminus Qhom, que es nuestra compañía de desarrollo de software. Muchas veces nos han contratado para hacer automatización de procesos y trabajamos en muchas industrias. Pero hace bastante que teníamos pendiente hacer algo que viniera por otro lado, no simplemente automatizar y mejorar procesos, sino mejorar la calidad de vida. Un día nos topamos con un artículo de un neurólogo de la Fundación Fleni, de Buenos Aires, que hablaba sobre un nuevo protocolo de rehabilitación en el que estaban trabajando sobre la base de la motivación. Nos llamó la atención y nos planteamos la necesidad de crear una herramienta terapéuticamente planificada. Entonces decidimos incorporar al equipo un kinesiólogo, Javier Vitale, y sumamos programadores web y de videojuegos, diseñadores e ingenieras biomédicas. Trabajamos en ese sentido durante cinco años, muy en contacto con la Fundación Rita Bianchi, donde fuimos validando cada una de nuestras ideas con pacientes reales para ver cómo reaccionaban. Fue un proceso más largo de lo que esperábamos, pero muy gratificante”, detalla Ruival.

Para comenzar con este desarrollo, buscaron identificar los problemas que había en esta área, y encontraron tres. En primer lugar, la motivación. Un tratamiento de rehabilitación traumatológico o neurológico extenso en el tiempo se torna aburrido y tedioso. Por su parte, el terapista se va quedando sin elementos novedosos y empieza a repetir ejercicios.
En segundo lugar, el registro de la información. Es muy difícil realizar mediciones objetivas de la evolución del paciente, por ejemplo, la angulatura de apertura del brazo. Y en tercer lugar, la posibilidad de continuar con un trabajo monitoreado y supervisado en el hogar.

Basados en esta realidad detectada, trabajaron para que Motmi pudiera aportar soluciones. Se trata de una plataforma integral de rehabilitación. “Quisimos hacer una herramienta generalista, que no fuera exclusiva para trabajar una patología o un problema en particular. Es una plataforma para que los terapistas puedan elegir las actividades que más les sirve para cada caso”, especifica el emprendedor.

Así, se ideó un set de herramientas para los especialistas: juegos (para que el paciente se rehabilite, pero de manera lúdica) y formularios con test protocolizados para que se pueda realizar un seguimiento de cada caso (a través de los sensores el terapista obtiene biofeedback, a su vez de poder ver en vivo lo que hace el paciente). Además, desarrollaron la aplicación de teleterapia, donde la persona desde una computadora o desde un celular puede seguir una terapia a través de una animación 3D. El paciente recibe un plan de rehabilitación y, en su dispositivo se va a encontrar con un avatar en 3D que le va a indicar cómo hacer el movimiento. A través de la imitación realiza su tratamiento. Este sistema es más masivo.

Motmi trabaja, entre otros, con sensores de movimientos derivados de la industria de video juegos, como lo es el sensor MS kinect, utilizado en la consola XBOX One de Microsoft. El mismo permite reconocer el cuerpo humano y la posición exacta de las extremidades y, sobre la base de eso, representar un movimiento. “Hoy estamos trabajando con varios sensores de movimiento: Los de detección corporal (MS kinect, Real Sense, Orbec Astra y la nueva versión de MS Kinect Azure), los cuales detectan todo el cuerpo, con mano abierta y mano cerrada, pero no percibe el movimiento de los dedos. Entonces, para rehabilitación de motricidad fina incorporamos el Leap Motion, que digitaliza la mano y permite reconocer los dedos. También incorporamos una plataforma de peso, que pertenece a Nintendo, es la Balance Board de dicha marca, la cual es muy buena para detectar la fuerza que está haciendo de cada lado”, completa el emprendedor.
Asimismo, cuenta con una galería de oferta en la cual el profesional de la salud va eligiendo lo que quiere utilizar, y el paciente va haciendo las actividades. A medida que el terapista considere, va cambiando de nivel y desafiando constantemente al paciente. De esta manera, el concepto motivacional está siempre presente en la recuperación.

Ruival apunta: “Nada de lo que hacemos es para reemplazar al profesional de la salud, sino todo lo contrario, es para optimizar su tarea. Nosotros no vendemos un producto cerrado, sino un servicio a través de una licencia de uso mensual. Se trata de una plataforma abierta e integrable”.

La tecnología de de Motmi
El impulso emprendedor no se detiene y la búsqueda de mejoras y avances para la plataforma está en constante evolución. El cofundador de Motmi relata que, actualmente, están trabajando en una plataforma de peso propia, con electrónica 100% cordobesa, que reemplace la de la Nintendo y se pueda emplear conectada a celulares. “Trabajamos siempre con el objetivo de democratizar la rehabilitación”, sostiene.

El espíritu de Motmi es hacer un constante monitoreo de las necesidades de sus clientes, entonces están siempre abiertos a sugerencias. En este contexto el emprendedor recuerda una anécdota: “Uno de los juegos de Motmi tenía un puente que se abría y se cerraba. De acuerdo con la necesidad del paciente, se solicitaba algún tipo de movimiento. Para trabajar los hombros, el paciente debía levantar y bajar los brazos y el puente se abría y se cerraba y un muñequito pasaba de un lado al otro. Si el puente no se cerraba, el muñequito caía, se lastimaba abajo y saltaba sangre (como una gracia de videojuego). Entonces, los terapistas nos hicieron ver que no era muy motivador para gente que había tenido un accidente. Como Motmi trabaja con realidad virtual, es muy sencillo cambiar el entorno y mantener la actividad”.
Asimismo, la realidad virtual también permite sacar o incorporar elementos. Por ejemplo, para algunos casos, es necesario que no haya distractores y que el paciente haga foco en algo muy puntual, entonces se trabaja con un juego muy simple, despojado de detalles. En otros casos, al revés, entonces se pueden incorporar distractores a medida que avanza el tratamiento para aumentar la dificultad.
“Está probado científicamente que aquello que el ser humano realiza en realidad virtual o en un entorno físico, para la mente es el mismo trabajo. Entonces, aquellas actividades con realidad virtual, en las que uno simula que agarra, mueve, toca, para el cerebro en una actividad de rehabilitación es exactamente lo mismo. Con Motmi se ven muchos avances, pero no porque sea mágico, sino porque al motivar al paciente, hace que este mantenga continuidad que se traduce en una evolución muy favorable”, relata Ruival.

Más Empresas
Motmi fue parte del Programa Más Empresas, de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, el año pasado. Los beneficios del programa fueron acompañar y coinvertir con el sector privado en emprendimientos de la provincia de Córdoba.

–¿Motmi logró cumplir con la expectativa que tenían en un principio en la búsqueda de algo con gran impacto? ¿Era lo que habían soñado?
–Sí. Pensamos que iba a ser algo más rápido, pero, como todo, cuesta llevarlo adelante. Y el tema de contar con recursos para poder ir más rápido es fundamental. Y ahí es donde programas como los de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender juegan un papel fundamental. Particularmente para nosotros, la ayuda de Más Empresas fue clave. Con estos fondos, trabajamos en consolidar nuestro mercado en Latinoamérica. Así, Motmi llegó a Uruguay, Paraguay y Chile. Actualmente, estamos posicionándonos en España. Allí, a través de un centro de neurorehabilitación, que se llama Neurofit, en Badajoz, estamos haciendo un convenio para que se conviertan en nuestro distribuidor en Europa.

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